Hoy leo en la prensa la contundente
victoria de Chávez, y en los comentarios de la gente advierto lo
profundo que caló la insistencia mediática centralista de llamarle
loco.
Es triste que en la vieja España
aun exista la sensación de colonialismo y que sus fuerzas mediáticas
pusieran una imagen indebida al gran luchador de la humanidad que es
Chávez, como hizo antaño con su hermano de lucha Fidel Castro. Más
estos medios caen derrotados y son muchos cientos de ciudadanas quien
ya ni miran para ÉL PAÍS y mucho menos para otras fuerzas
mediáticas más neoliberales que este periódico. Yo incluso ya hace
mucho tiempo que lo rechazo y el motivo no fue su descerebrada
orientación antiamericana (pero sí a favor de los yanquis) que
también, si no su centralismo atroz, que le llevaba a defender
Madrid como capital del reino al igual que en la Edad Media
Totalitaria. España siempre tuvo colonializadas sus hermanas
Galicia, Euskadi y Cataluña y en clave de modernidad el periodismo
debe ayudar a construir un Estado Federal Republicano y Laico con las
cuatro naciones. Lo otro es mirar para atrás como bien indica la foto
de ayer en el Vaticano.
lunes, 8 de octubre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
El poder tiene que ser obediente
Esta pequeña expresión ¡que grande es. Encierra todo lo
que un ciudadana puede pedir a aquellos a quien les paga para que
ejerzan el poder y puedan organizar la sociedad en la que vivimos.
Pero que difícil es consiguir realmente que el poder sea obediente a
los mandatos del pueblo, en vez de obedecer la imposiciones
extranjeras, o a sus propios intereses. Yo le doy vueltas y más
vueltas para encontrar la fórmula mágica de organizarnos de tal
manera que exista un resorte que haga que las ciudadanos puedan
suspender de pronto a cualquier gobernante, delegada, electo o
funcionaria que se exceda, o no cumpla la función para la que fue
puesto, y por la que detecta un poder, incluso si ese lugar de poder
lo ocupa sin percibir una paga.
La frase: “El poder tiene que ser obediente” no es mía, la escuché el pasado viernes en una asamblea en Ferrol. Una asamblea del tejido social, y de los que últimamente luchan a centenas para buscar maneras alternativas al neoliberalismo imperante: Otra manera de vivir es posible. Una Asamblea de los Movimientos Sociales, celebrada el 28 de Septiembre de 2012 en el Centro Cultural Carvalho Calero del Inferniño de Ferrol, donde fue aprobado un Manifiesto en apoyo a la candidatura Alternativa Gallega de Izquierda.
Me impresionó el gran número de personas que tomaron la palabra, para expresar libremente su parecer; asi como la obediencia de unos para con las otras, el respeto, pero sobre todo la sensación de que cada una de nosotros era lo importante: no había escenario, no había mesa para presidir nada, no había cargos o representante públicos, aunque sí había personas como nosotros, que militan en algunas asociaciones o partidos. Éramos seres humanos en la búsqueda de un Manifiesto común.
Tan fuerte fue el impacto que supe de inmediato que algo nuevo se estaba consiguiendo, algo que le devuelva el poder al pueblo, algo que haga obedientes a nuestro mandato a los que elijamos para que nos representen. Por fin tenemos una opción ilusionante.
La frase: “El poder tiene que ser obediente” no es mía, la escuché el pasado viernes en una asamblea en Ferrol. Una asamblea del tejido social, y de los que últimamente luchan a centenas para buscar maneras alternativas al neoliberalismo imperante: Otra manera de vivir es posible. Una Asamblea de los Movimientos Sociales, celebrada el 28 de Septiembre de 2012 en el Centro Cultural Carvalho Calero del Inferniño de Ferrol, donde fue aprobado un Manifiesto en apoyo a la candidatura Alternativa Gallega de Izquierda.
Me impresionó el gran número de personas que tomaron la palabra, para expresar libremente su parecer; asi como la obediencia de unos para con las otras, el respeto, pero sobre todo la sensación de que cada una de nosotros era lo importante: no había escenario, no había mesa para presidir nada, no había cargos o representante públicos, aunque sí había personas como nosotros, que militan en algunas asociaciones o partidos. Éramos seres humanos en la búsqueda de un Manifiesto común.
Tan fuerte fue el impacto que supe de inmediato que algo nuevo se estaba consiguiendo, algo que le devuelva el poder al pueblo, algo que haga obedientes a nuestro mandato a los que elijamos para que nos representen. Por fin tenemos una opción ilusionante.
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