Esta pequeña expresión ¡que grande es. Encierra todo lo
que un ciudadana puede pedir a aquellos a quien les paga para que
ejerzan el poder y puedan organizar la sociedad en la que vivimos.
Pero que difícil es consiguir realmente que el poder sea obediente a
los mandatos del pueblo, en vez de obedecer la imposiciones
extranjeras, o a sus propios intereses. Yo le doy vueltas y más
vueltas para encontrar la fórmula mágica de organizarnos de tal
manera que exista un resorte que haga que las ciudadanos puedan
suspender de pronto a cualquier gobernante, delegada, electo o
funcionaria que se exceda, o no cumpla la función para la que fue
puesto, y por la que detecta un poder, incluso si ese lugar de poder
lo ocupa sin percibir una paga.
La frase: “El poder tiene
que ser obediente” no es mía, la escuché el pasado viernes en una
asamblea en Ferrol. Una asamblea del tejido social, y de los que
últimamente luchan a centenas para buscar maneras alternativas al
neoliberalismo imperante: Otra manera de vivir es posible. Una
Asamblea de los Movimientos Sociales, celebrada el 28 de Septiembre
de 2012 en el Centro Cultural Carvalho Calero del Inferniño de
Ferrol, donde fue aprobado un Manifiesto en apoyo a la candidatura
Alternativa Gallega de Izquierda.
Me impresionó el gran
número de personas que tomaron la palabra, para expresar libremente
su parecer; asi como la obediencia de unos para con las otras, el
respeto, pero sobre todo la sensación de que cada una de nosotros
era lo importante: no había escenario, no había mesa para presidir
nada, no había cargos o representante públicos, aunque sí había
personas como nosotros, que militan en algunas asociaciones o
partidos. Éramos seres humanos en la búsqueda de un Manifiesto
común.
Tan fuerte fue el impacto que supe de inmediato que
algo nuevo se estaba consiguiendo, algo que le devuelva el poder al
pueblo, algo que haga obedientes a nuestro mandato a los que elijamos
para que nos representen. Por fin tenemos una opción ilusionante.
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